Nomura Sensei

Nomura Sensei recibiendo el regalo de todos los asistentes en agradecimiento a su visita

Mutsuko Nomura Sensei ha superado ya los 70 años de vida, pero su cuerpo delicado de niña flexible y armónica, su frente abierta y su sonrisa confiada, desafían el espacio y el tiempo.

Esta mujer transmite ingravidez. Es un Perfume de Ki. Un envase que da forma a lo que no tiene forma. Un recipiente que contiene lo que es imposible envasar.

Había oído hablar mucho de ella. Sabía que la Señora Nomura además de su piel, tiene otra adherida y simbiótica: su inseparable ayudante Erika Sotoyama.

Erika en su papel de silencio imprescindible, contiene con suavidad su naturaleza comunicadora. Es perfecta. Mantiene la distancia con la cercanía oportuna. Conoce y desvela cada gesto de Nomura, cada respiración suya y sabe interpretar cada necesidad de su maestra. En Japón el respeto y la invisibilidad presente, son cualidades para estar al lado de alguien tan carismático como es Nomura Sensei.

Erika, la sempiterna ayudante de Nomura Sensei

El influjo del agujero

¿Se puede cambiar de Galaxia tan fácilmente….?

El astrofísico Stephen Hawking habla de los agujeros negros como portales a otra galaxia y eso es exactamente lo que ocurre cuando te expones al área de acción de esta maestra: apareces en otro Universo.

Nomura no habla con palabras lineales. Su lenguaje es poético y metafórico. Su forma de expresar la vida es un baile que desliza a cada uno de los participantes por la pista, haciéndoles sentir que son protagonistas.

Nomura habla al Centro. Nomura habla a cada Uno. Nomura habla al Cosmos.

Al fin y al cabo, todo esto, ¿no es lo mismo…?

Para rubricar esta expresión de que cada Ser que acude a sus talleres es Único, personalmente en algún momento del curso, ella y su ayudante se acercan individualmente a los asistentes y le hacen entrega de un pequeño y delicado regalo. Ella ha pensado en ti, incluso cuando aún no te conocía.

Regalo de Nomura Sensei

Lo mismo ocurre en el cuadrilátero del dojo. Al poco rato de exposición, la palabras de Nomura se transforman en práctica vital y personal. No son prácticas que surgen aleatoriamente, sino que están programadas y dirigidas a que cada uno encuentre la forma de conectar con su naturaleza íntima, esa misma que se encarga de reajustarnos el organismo… Instinto… Seitai: Cuerpo en Orden… Nosotros hacemos lo fácil… La Vida lo difícil…

Nomura Sensei impartiendo clase

Al final del taller observas con nitidez cómo tu entrecejo se ha abierto, tu frente se ha dirigido en sentido opuesto al gravitatorio, tu eje se ha reajustado, tu centro ha vuelto a casa y tu respiración recupera origen…

Zensei, la Vida Plena… Nosotros hilvanados a nuestras células… Nuestras células hilvanadas a cada vibración, a cada latido que nos puebla… Y el hilván se convierte en el Hilo de Ariadna que nos devuelve al punto de partida, al enigma vital que cada uno trae en su zurrón… A ese Haiku que por nuestra ignorancia, se había convertido en un Kōan irresoluble y al que instantáneamente, junto a Nomura, le damos solución.

Nomura atrae a practicantes entregados. No es un curso para principiantes. Conviene estar bregado en el Arte del Seitai, pero también sé que un organismo sensible y receptivo, aunque desconozca el Seitai por completo, pude conectar con Nomura Sensei y sentirse arrastrado al centro radioactivo de la Vida.

Este taller me ha traído muchas cosas…

Seitai, Patrimonio de la Humanidad

Desde hace unos seis años me había olvidado a mi misma. En el Seitai hay algo muy potente, fresco… Algo que no me podía quedar para mi… Algo que espera ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad.

Y así seguirá siendo, a pesar de esta pausa lúdica y hedónica que tan bien me ha venido y a la que tengo cierta tendencia natural…

Dedicarme a mi en exclusiva, ha sido muy desengrasante. Sí, me había olvidado de mi… Pero no porque sea olvidadiza, sino porque siento la necesidad de olvidarme.

Creo, con todo el convencimiento, que si la Cocacola, un simple artículo de mercado se conoce en el mundo entero, ¿por qué no se va a conocer el Seitai?

Totalmente tonificada por el curso de Nomura Sensei, vuelvo a mi quehacer… A mi difusión… A mis exposiciones públicas, a mis talleres, a mis estudios y a mis escritos…

Haruchika Noguchi, (Tokio 1911-1976), Fundador de la Cultura Seitai, ha sido uno de los grandes sabios nacidos y sus Descubrimientos son Universales. Son un regalo que hay que repartir y que curiosamente, cuanto más se reparte, más crece en uno mismo. La vida ha previsto que una simple almendra perpetúe un bosque inacabable… Que una célula, por mitosis, se oriente hacia el infinito.

El Seitai despertó en mi un movimiento expansivo. Es conocer la existencia del fuego o de la rueda y no guardarlo para uno mismo.

Seitai: El Secreto de la Vida

Mi labor divulgadora, intentando buscar palabras a lo que no se puede expresar, me colocó al lado de Katsumi Mamine, (Tokio 1944). De él he aprendido y sigo aprendiendo, que el Seitai además de vivencia, tiene una formulación, una forma de comunicar de manera ordenada y dirigida a TODOS.

Durante años he grabado y he transcrito palabra por palabra el trabajo impagable de Katsumi sobre la Osei.

La Osei es la ampliación de lo expuesto por Noguchi a través del Taiheki. Digamos que la Osei contempla el Taiheki, y otras infinitas perspectivas, pero el Taiheki como expresión única, achata lo expuesto por Noguchi.

El ADN y la ciencia genética son muy importantes, pero TODO no es genética, ni será la solución a todos nuestros problemas, tal y como ya están exponiendo algunas personas de ciencia con mente más abierta. Hay más enfoques, además de genes y mutaciones…

Por lo mismo el Taiheki del Seitai es una cosa más dentro del inmenso contenido que nos legó Noguchi y la Osei abre esa perspectiva.

El Seitai no es clasificación. Noguchi expone algo inmenso…

¿Cómo respondemos? ¿Cómo y qué se nos activa con cada estímulo interno, con cada estímulo externo…?

Noguchi nos habló de vida espontánea que surge, de Movimiento Vital. De cómo esa dinámica está organizada inteligentemente. Y lo más importante: de cómo de una forma sencilla, podemos afinar todo ese engranaje vital.

Noguchi descubre el Secreto de la Vida. Así de grande y así de simple.

Y yo, vivo absorta por esto.

Cuando salí de la colaboración con Katsumi Mamine en su libro El Movimiento Vital, (Icaria 2014), me embarqué en mi libro Seitai Inteligencia Vital, (Canal Abierto Editorial 2016).

Es mi homenaje al Seitai, a los 40 años de la muerte del maestro Noguchi, los mismos que Katsumi Mamine ha dedicado a su metódico estudio. Y también está dedicado a exponer en este mundo tan básico que hemos creado, que la Vida es algo mucho más grande que nuestros pequeños objetos confeccionados.

Noguchi está por descubrir. Será el próximo salto… Y la zancada amplificará la dada por Neil Armstrong. No es necesario mirar a la luna, cuando cada uno de nosotros contenemos el Universo entero.

Los organizadores

Eva Gil y Pedro Richards con su hijo Pedro nos cuidaron y mimaron

La Osei es nuestra capacidad orgánica y global de pensar, de actuar, de compartir, de defender y de vibrar con lo profundo.

Si no existieran personas entregadas al Seitai con todo este pentacosmos bien ajustado, jamás se producirían estos encuentros. Y disfrutar de Nomura Sensei es un lujo.

Para mi ha sido un gustazo encontrarme por primera vez con Moriji Funakawa Sensei y su esposa, y también profesora de Seitai, Carol Gil. Su acogida y cariño, me han conmovido.

Gracias a Eva Gil y Pedro Richard por poner a nuestra disposición su Masía de Turismo Rural Mas Caputxa. Los dos son personas muy implicadas en la Cultura Seitai. Son seiteros de pura cepa que nos habíamos topado alguna vez, pero nunca habíamos tenido la oportunidad de profundizar en nuestras respiraciones, como ha ocurrido este fin de semana.

Y gracias por supuesto a todos los que han compartido conmigo su Yuki, sus conversaciones de mesa mientras tomábamos un té y sus experiencias vitales.

A Matilde, a las Anas, a Claudia, a Manel, a Jordi, a las Rosas, a Völker, a Susana, a Pachi, a Francisco, a Enric y Enrique… A una belleza que vive en Ibiza de nombre similar a Leika, a Bernard, a Joana… Y a todos con los que no tuve oportunidad de charlar, pero que no olvido.

Y cómo no, a la pareja entrañable que nos cuidó y nos preparó cada una de las comidas que yo engullí ferozmente. Tengo que decir que cuando me quité el pantalón de práctica y me intenté meter en mi vaquero de civil, me arrepentí de haberme entregado con esa fruición, como si no hubiera mañana… 

Al final tanto cosmos, tanto cosmos, tanto abrir el entrecejo, para que, como decía Jordi, terminar con algo tan mundano como desplazar el enganchito del cinturón de agujero, para abrir el estómago y poder continuar la marcha.

CONTINUAREMOS………………..

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